vie. Ene 17th, 2025

LAS PEQUEÑAS COSAS…

Eliseo Castillo

FIN DEL DÍA

“Aromas de cansancio te engalanan, / belleza que esparce tu presencia indudable, / apenas asoma de tu imagen la sombra, / miles de emociones asaltan la mente; / loco este amor, loco por verte”…elíseo

Aquella meta que se planteó el gigante asiático chino, de pasar de ser el gran taller del mundo, a la gran fábrica, es una realidad que provoca dolores de cabeza a occidente; y con estos países, de manera central a Estados Unidos, y la región de América del Norte (Canadá, USA y México).

Es inevitable escuchar el discurso cansino y aburrido del futuro presidente y sin duda delincuente, Donald Trump, cuando amenaza con castigar a los productores y gobierno chino, simplemente por ser competitivo, invasivo, y falto de ética a la hora de ver y seguir las reglas de la competencia sana.

El problema es que esta, la competencia sana, realmente no existe; es un juego perverso que hemos construido los economistas para “fingir que podemos controlar los proceso productivos y de comercialización y consumo”; o al menos para usarlo como herramienta de análisis en la academia a la hora de impartir clases; o de dar conferencias al respecto”.

Nada nuevo: hoy es China, ayer Corea del Sur, antes Japón, y durante todo el siglo veinte la presencia de los productos Made in USA como los de mayor presencia en el mercado internacional.

Sin embargo…

Nunca, en lo que tiene de vida el sistema de mercado llamado capitalismo ha sido una forma de competencia libre y equilibrada; lo que se ha tenido es una forma de competencia productiva y comercial darwiniana, mediante la cual, el pez grande se sigue comiendo al chico.

Después de más de 250 años de economía de mercado abierto, semiabierto e intervenido oficialmente; podemos ver que lo único que cambia es al protagonista ganador del mismo.

China, usando ese viejo embuste llamado libertad de producción y comercialización, y, ese otro gran engaño llamado comunismo chino, se ha apropiado de la nueva oferta mundial de bienes y servicios integrales.

Hace 30 años, eran un gran taller del mundo; le vendían mercaderías baratas y de baja calidad; no importaba, lo fundamental era que vendían masivamente; hoy abarcan los mercados de servicios computacionales, y los segmentos de agregación de alto valor en los productos; desde los diseñados para las clases medias, hasta los bienes exclusivos para personas de alto poder de compra; como los coches de lujo, por ejemplo.

“En las calles del país cada vez es más común ver vehículos eléctricos o híbridos. Son de marcas de reciente llegada y que atraen a propios y extraños: se trata de los vehículos chinos, que han comenzado a incrementar sus ventas y marcan la llegada de más empresas al país”.

Fuente: Julio Gutiérrez, periódico La Jornada, domingo, 29 de diciembre de 2024, pag. 13.

“OLEADA ASIÁTICA SACUDE AL SEGMENTO DE LUJO

El auge de los autos chinos en México ha alcanzado el segmento de lujo, cuyas marcas tradicionales europeas acumulan importantes caídas de ventas frente a los competidores asiáticos, cada vez más atractivos”.

Fuente: AFP, Ciudad de México; en, periódico La jornada, domingo, 29 e diciembre de 2024, pag. 13

Repetimos, nada nuevo en el sistema de mercado en que hemos vivido por mas de dos siglos y medio; sólo cambian los ganadores en turno; los consumidores solamente tienen la opción de elegir entre marcas específicas que están de moda en el mercado; ayer fue lo japonés, lo americano por un siglo; hoy lo hecho en China invade el mundo.

Nada es producto de la casualidad ni de la buena voluntad; es la competencia desleal en pleno, donde el pez grande… ¿qué cree?, ¡acertó! se sigue comiendo al chico.

Los chinos en pleno están en el mundo con mercaderías y baratijas; pero igual con los bienes de lujo para los que se sienten especiales por su poder de compra alto.

Al final, China lo tiene para usted.

Le abrazo…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *