dom. Feb 16th, 2025

LA ECONOMÍA Y USTED…

Eliseo Castillo

AMIGA DE VIDA

“Mientras el ruido y la violencia se prodigan, / salvadoras como siempre son tus manos, / honestas y francas abren alas, / protectoras, amables, son confianza, / amor de ayer, de hoy amiga, sin reparos te nombran, / estos mis sedientos labios. / Amor…, amada, de entonces, de siempre, / grano de arena, llenas mi playa”…elíseo

Con la muerte del deportista y humanista sonorense, se abre el debate de lo que significa pasar por la vida, y en ocasiones, dejar huella para bien o para mal; a veces para las dos cosas.

De los machos Hugo y Julio Cesar, al humanista sensible, Fernando…

Cuando irrumpieron en los planos estelares el futbolista Hugo Sánchez y el boxeador Julio Cesar Chávez; vimos y asimilamos la impetuosa personalidad de un par de personas catalogadas como prototipo del macho mexicano; el que lo puede casi todo, el que supera los obstáculos y nos muestra su poder; ya sea con los puños, o con los pies.

Los dos, sin duda, ejemplo para millones de mexicanos que se han inspirado en ellos con la ilusión de seguir sus pasos…; sin duda grandes entre los grandes.

Pero Fernando…

Cuando a inicios de los años ochenta del siglo pasado, llegó el beisbolista Fernando Valenzuela a jugar en los Estados Unidos; la visión del deportista mexicano en el extranjero cambió de manera radical. El jovencito regordete de 20, 21 años tomó el control de la liga más poderosa del mundo beisbolero; realizó las hazañas que nadie había logrado, hizo lo que nadie podía hacer; lanzaba partidos completos; que solamente los llamados “caballones” (deportistas muy poderosos) pueden hacer…

Fernando lo hacía todo…; hasta cuando sus compañeros mantenían un comportamiento errático cometiendo errores y si batear; el propio Fernando se encargaba de hacer el resto; fildeaba de manera prodigiosa (dada su juventud y reflejos sin duda) y llegó a batear lo necesario para lograr algunos de sus triunfos…

Nadie como él lo hacia; nadie como él despertó tanta admiración, expectación y respeto en el beisbol más competitivo del mundo.

La fama de Fernando fue tan grande, que se despertó la llamada “fernandomanía” que cubrió la Unión Americana, México y varios países de Latinoamérica; por ejemplo en Venezuela era frecuente que en los medios de comunicación promovían el día que “Fernandito” lanzaría.

Sus juegos eran transmitidos a muchos países de la región; mientras en México nos pegábamos a la radio, los que no teníamos televisión; los que la tenían, los miraban directos o diferidos.

En México; Jorge Sony Alarcón y el inmenso Mago Septién, elevaron al altar de los inmortales a Fernando, al lugar de los “seres especiales”; los diferentes, para mejor; los semidioses dadas sus hazañas.

Pero Fernando es más que eso…

Es cierto; Fernando cambio la visión de que los jodidos no pueden realizar cosas extraordinarias; su cuerpo poco estético no generaba esa ilusión; pero en su cerebro se manifestó algo prodigioso; el propio manager Tom Lasorda decía que la virtud de Fernando era que asimilaba cada conocimiento que se le inculcaba; y, que con sus condiciones físicas sabía aprovechar al máximo cada parte de sus virtudes; el resto fue el resultado… un muchacho regordete, con pelo largo, rostro y rasgos nativos, apodado “el Toro”, haciendo cosas que no logran hacer los deportistas estéticamente muy atractivos y poderosos.

Por encima de las grandes figuras poderosas y estéticas se imponía la figura regordeta de Fernando; hasta en el cine se citaba con emoción el día que el Toro lanzaría con los Dodgers (película “Rain man”; Cuando los hermano se encuentran).

Pero Fernando es más que beisbol y hazañas…

Nos mostró lo que es un hombre bueno, íntegro, y sobre todo el mejor ejemplo que puede dársele a cualquier niño en su proceso formativo…

No son Julio, Hugo, Campos o el Chicharito el prototipo de ejemplo y modelo a promover en la infancia y adolescencia; todos ellos exitosos en su deporte, y en sus negocios (Julio y sus adicciones, aun sigue siendo un hombre rico, al parecer).

Es Fernando, el único que siendo el mejor sin la menor duda, luego de que sus cualidades vinieron a menos, lejos de vivir de sus hazañas y reclamar atención especial en los medios; fue un ser discreto, tranquilo, agradeciendo a la vida haber sido lo que fue, agradeciendo a sus compañeros lo que lo apoyaron; cuando todos vimos como muchas veces sus compañeros le ayudaban muy poco; descaradamente menos que a los otros lanzadores de su equipo.

Fue tan claro este fenómeno, que casi en tono molesto en la prensa nacional se criticaba al equipo señalando que el inmenso Fernando tenía que hacerlo todo, y, que solamente contaba con un amigo en el equipo; así se señalaba al dominicano Pedro Guerrero, como su socio que lo apoyaba con sus grandes jonrones.

Con todo esto; Fernando nunca habló mal ni se quejó de esta desventaja; siguió su camino incólume; la ciudad de los Ángeles estaba a sus pies; era Fernando y el resto del equipo; el día estelar del equipo en la ciudad era cuando aparecía en el montículo.

Cada mexicano en los Estados Unidos se inflaba de orgullo…; ¡el toro era su paisano! y dominaba a los pinches gringos como nadie; el “toro”, era el mejor…, y era como ellos…, mexicano.

Cuando fallaba en el partido, ya fuera por errores de sus compañeros (las más de las veces), o por que el rival era muy fuerte; lejos de buscar culpables, aceptaba que: seguramente no había sido suficientemente capaz o que su esfuerzo no había sido el adecuado…

No sólo no culpaba a nadie, él aceptaba la responsabilidad.

Eso hizo de él una persona, infinitamente superior al promedio; teniendo todo el poder que le daban sus cualidades, se disculpaba cuando no lograba las metas que se esperaban de él.

Hugo, siempre culpó de sus fracasos a los demás; incluso a ser mexicano; señalando que si fuera argentino, sería señalado como el mejor del mundo…; pero era (es) mexicano; como entrenador cada que perdía su equipo culpaba a los miembros del mismo; cuando ganaba…, se atribuía el éxito.

Julio y sus adicciones, es el peor ejemplo posible del éxito deportivo y económicos; incluso ha llegado a presumir sus amistades con el narco como una medalla de éxito; al señalar que puede hablarle a algunos amigos narcos para que se encargue de determinadas cosas relacionadas con su vida o seguridad…; imposible pensar en él como modelo generacional…; enorme deportista en las garras de las adicciones y las malas compañías.

El Chicharito y Campos, dos deportistas exitosos con buenos resultados económicos; el primero distraído con la banalidad de las redes sociales y la ostentación de sus éxitos con las mujeres; banalidad sobre banalidad obviamente; mientras que el portero famoso; Campos. simpático, agradable, inteligente y buen gana dinero; virtudes sin duda en su beneficio; que bueno.

Fernando fue algo más… fue el mejor en su actividad; su carisma trascendió al mundo; pero su condición de persona honesta y leal está por encima de su capacidad de deportista.

Fernando representa el prototipo de persona que quisiera ser cualquiera en el mundo; capaz, cauto, leal… y decente…

Una buena persona…, un buen hombre

La propaganda de los años ochenta del siglo asado ponía a un niño gritando… ¡Fernando…, Fernando…; Fernando es como yo…!

La imagen de él, elevada al altar de los semidioses, dados sus éxitos, es el ideal del mexicano sin duda…, su honestidad y lealtad lo hace más grande…; los que lo disfrutamos desde 1981 lo sabemos muy bien…

¡Ah, entre tanta basura humana, cuánta grandeza puede encontrarse en una persona cuando se lo propone!

Le abrazo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *