SUCEDIÓ EN ZAMORA…
Enrique Covarrubias Magaña / El Pregonero TV
Finales de los años 50 e inicios de los 60 las fiestas del 30 de septiembre en honor del Siervo de la Nación, don José María Morelos y Pavón en el jardín del Teco empezaban a tomar auge, y es que vecinos de todos los rumbos de la entonces pequeña Zamora se daban cita en ese bucólico lugar, que era el ideal para echar novio o platicar con el amigo; sus frondosos árboles cubrían aquel oasis de los rayos solares a quienes por ahí transitaban o hacían un alto para refrescarse. Al centro de este añejo jardín cuna de los indios Tecos, se levantaba una columna de cantera y en su cúspide la estatua de don José María Morelos y Pavón de cuerpo entero (actualmente se encuentra instalada en Ario de Rayón)
En ese escenario, tan zamorano por cierto, un hombre bajito y sencillo, de nombre José María Magaña Naranjo honró por muchos años al gran Morelos, organizándole sus verbenas cada 30 de septiembre…festividades que iniciaban por la madrugada con las mañanitas entonadas por la banda municipal de música, que años después se les conocería como <Los 11 crudos>…se lanzaban al cielo cohetones para despertar al vecindario de todos los rumbos de la pequeña ciudad, para luego rendir homenaje al gran Morelos por parte de las autoridades municipales…Don José María Magaña , mejor conocido como Chemita “El Peluquero” meses antes se daba a la tarea de conseguir ropa nueva como pantalones , camisas, suéteres, chamarras, que en la mayoría de las ocasiones financiaban los Almacenes Pérez Ruiz, o cualquier otro comerciante en ropa, para colocarlos en el “Palo encebado” que instalaba en el lado norte del jardín y que hacía las delicias de los asistentes a la vez que un reto para los atrevidos que escalaban el madero embadurnado de grasa para llegar a lo alto y bajar la ropa y dinero que en ocasiones también se colocaba.
La cosa no quedaba ahí ya por la tarde, don Chemita había conseguido y rapado un puerco para embadurnarlo de grasa y soltarlo para que lo persiguieran y quien lograra atraparlo se convertía en su propietario, ya se imaginarán como tablajeros, matanceros y demás se lanzaban en pos del porcino. Ya por la tarde y noche, los asistentes disfrutábamos de los puestos de enchiladas, pozole, buñuelos, tamales, atole,…en lucida verbena popular que culminaba con el torito y castillo, éste último despedía el día con el ascenso de la canastilla que surcaba el cielo zamorano, todo ello acompañado con la música…así eran las fiesta del 30 de septiembre a Morelos, que organizaba el ayuntamiento y don Chemita El Peluquero, un sencillo ciudadano que se jactaba de ser el primer morelista zamorano “Mi tocayo,” como le decía…
Don José María Magaña Naranjo, nació en Zinàparo, Mich., en el año de 1888 muy pequeño sus padres se mudaron a Zamora, donde aprendió el oficio de peluquero e instaló su negocio por la antigua calle de Abasolo, por el rumbo del Caracol (actual calle Guerrero)…ahí se daban cita personas de todas clases sociales por lo que el lugar se convirtió a una especie de editorial…
A finales de la década de los 60 e inicios de los 70, La Voz de Michoacán, entrevistó a don Chemita…El reportero le cuestionó, luego que lo vio anciano, que hasta cuando festejaría a su “tocayo” Morelos,…el respondió “Hasta que queme el último cartucho”…Don Chemita, murió el 4 de agosto de 1971 en la ciudad de México y sus restos fueron traídos a Zamora, para reposar en el panteón municipal…Gracias don Chemita por habernos hecho disfrutar en la niñez de sus fiestas del 30…
Gracias don Chemita, te damos los zamoranos de antaño por esos festejos a Morelos… Gracias abuelo, sigue descansando en paz.