LAS PEQUEÑAS COSAS…
Eliseo Castillo
DONDE ESTÉS
“Me es igual, me repito antes de nombrarte, / el eco te nombra sin reclamo ni desánimo, / donde estés, amor de hoy, de ayer…, de antaño, / imaginando tu sombra entre mis brazos, / bendigo cada uno de tus pasos, / libo el olor inexistente de tu piel, / amor de diario, en el recuerdo, / donde estés”…elíseo
La guerra se extiende por todo el Medio Oriente, ante la complacencia de las grandes potencias bélicas: USA, Rusia, China…
La invasión a Ucrania cada vez se ve con más naturalidad; ¡es una guerra!
Bangladesh es un país de cabeza, la cantidad de muertos se cuenta por centenas, hasta que renuncia su presidenta.
Venezuela es el botín más deseado por los Estados Unidos; requiere de su petróleo y otros minerales para reactivar su industria a precios competitivos; por tanto promueven un fraude electoral preparando un golpe de Estado, e incluso una posible invasión, sobre todo usando a la OEA
Las bolsas del mundo se sacuden por estos eventos, y usando como pretexto los informes de una posible caída en la economía norteamericana, arrastrando las monedas del mundo y fortificando al dólar como “moneda refugio”; proceso que se repite cada que hay problemas o se avizoran
El peso mexicano, es arrastrado inexorablemente de 18 pesos a 19. 60
LA BELLEZA Y PERFECCIÓN HUMANA SE REUNE EN PARÍS, HACIENDO UNA FESTA A LA ESTÉTICA Y LA HABILIDAD… ¡MIENTRAS EL MUNDO ARDE, LA GUERRA SE INCREMENTA!
Coca-Cola como un dios del mercado
Mientras admiramos la belleza en su máxima expresión en los atletas que compiten por ser los mejores del mundo; estos si son los mejores; no la ilusión de los torneos regionales, en los que se puede ser un competidor promedio y llegar a lograr éxitos; en las Olimpiadas sólo triunfan los mejores, los más perfectos, los más hermosos y hermosas; las mujeres más bellas del mundo, los hombres más excitantes; es la condición para poder ser los merecedores de una medalla olímpica; que en justicia debería ser una corona de laurel; así nacen las olimpiadas, como el gran reto al que asistían los atletas griegos, representando a su ciudad; regularmente era un reto entre Atenas y Esparta.
Toda esta belleza reanima al ser humano, al margen de la perversa manipulación de los medios de comunicación que magnifican los momentos a cambio de que usted voltee a ver que todo se lo debemos a la coca cola, a alguna bebida que promete energía de más, a marcas de productos que patrocinan la transmisión.
Resulta vergonzosa la forma en que le despiertan al televidente el patrioterismo casi pendejo alentándole éxitos deportivos que deben festejar como si fueran de ellos… ¡el orgullo de ser mexicanos! repiten, mientras los deportistas dan su esfuerzo, y se comprueba una vez más que en el alto rendimiento nunca ha alcanzado con ponerle ganas, o con el grito de si se puede; hay preparación, belleza y perfección como requisito para ser los ganadores en una Olimpiada.
En el caso de México, mientras en los torneos regionales: Centroamericanos Y Panamericanos arrojan cientos de medallas; en las olimpiadas, este número se maneja entre las 4 y las 6 medallas, con un numero de atletas que regularmente supera los cien competidores. Esta es la realidad ante el mundo.
Pero la belleza y perfección se llaman juegos olímpicos.
¿Y el mundo…?
¡Que se lo lleve el diablo de la guerra y el consumismo!
Mientras la belleza y perfección emocionan a millones de televidentes, los parisinos salen huyendo de París; no soportan a tanto turista inculto y revoltoso; sobre todo a los mexicanos y argentinos; no se sabe quienes son peores.
Las marcas comerciales, coca-cola a la cabeza nos dicen que hay que consumir sus productos; los precios de las mercancías se van a las nubes; no importa, el consumidor es una persona manejable con propaganda intensa; terminan por pagar una refresco en más de 100 pesos, un taco igual por más de 100 pesos; no importa, hay que consumir.
Ante las presiones de las marcas patrocinadoras de los deportistas, hasta hoy martes 6 de agosto se reportan al menos 40 atletas con posible doping; se les empuja a ser mejores, se termina por llegar a usar sustancias prohibidas…; todo por ganar.
La semana se inicia con un desplome en las bolsas de valores del mundo, todo inicia en Japón, y la globalización contagia al mundo; hoy el mercado mundial está en crisis, las monedas se devalúan mientras el dólar se fortalece…, es aroma de la guerra que se va extendiendo por regiones cubriendo buena parte del mundo; esto provoca que los inversionistas especuladores se deshagan de las monedas menos fuertes y compre oro y dólares…; así es la especulación.
La guerra es una realidad que, lejos de detenerse, se promueve como parte del negocio altamente rentable; el negocio de la muerte.
Mientas tanto los promotores del consumo nos recuerdan que es un gran orgullo ser mexicanos, que es un gran logro ganar 4 o 6 medallas; y al margen de los pleitos por el poder de los funcionarios que se culpan unos a otros, por los pocos éxitos; los conductores nos dicen que es un orgullo ver como los atletas ya merito lograban ser los mejores…
Así es la mercadotecnia; no hay problema, el proceso se va a repetir, en los juegos regionales se van a ganar cientos de medallas; y se volverá a fabricar la ilusión de los logros fantásticos; hasta que cuatro años después, en otras olimpiadas, se regrese a la realidad…; los cientos de medallas regionales serán cuatro, cinco, seis olímpicas.
No importa, la guerra sigue, se extiende; y Estados Unidos busca la forma de asaltar la vida de Venezuela…; y es que con ese presidente (Maduro) venezolano…, ni como ayudar.
Le abrazo…