- El obispo Javier Navarro presidió la misa en el Santuario Guadalupano ante cientos de creyentes
Redacción.-
Zamora, Mich., sábado, 3 de mayo de 2025.- En un ambiente de fervor y solemnidad, los diáconos Ignacio Vivas y Víctor Antonio Gutiérrez fueron ordenados sacerdotes la mañana de este sábado, 3 de mayo en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe.
La misa, presidida por el obispo de Zamora, monseñor Javier Navarro Rodríguez, reunió a cientos de fieles de diferentes regiones del país, quienes participaron con profundo recogimiento en este momento significativo para la vida de la Iglesia local.
Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando el obispo llamó a los ordenandos al frente para la imposición de manos. El gesto, lleno de simbolismo y consagración, fue captado por varios asistentes que, movidos por la emoción, levantaron sus celulares para grabar la escena en medio de un silencio reverente.
Durante la ceremonia se dieron a conocer los primeros destinos pastorales de los nuevos sacerdotes. El padre Ignacio Vivas fue asignado como vicario parroquial en la comunidad de Pamatácuaro, en la parroquia de San Juan Bautista, donde colaborará con el presbítero José María Blanco Bueno. Por su parte, el padre Víctor Antonio Gutiérrez fue nombrado vicario parroquial de la parroquia del Señor de los Milagros en San Juan Nuevo, Michoacán, en apoyo del presbítero Juan José Torres Martínez.
Sus respectivos encargos inician el 20 de julio y el 1 de julio de este año.
En entrevista posterior a la misa, el obispo Javier Navarro expresó su alegría por esta celebración en el contexto pascual: “La diócesis de Zamora se alegra en esta Pascua, porque la victoria de Cristo sobre la muerte se manifiesta también en estos signos de vida nueva. Hoy Dios nos ha regalado dos nuevos sacerdotes. Aunque mis manos sean un instrumento insignificante, son manos de Dios al ordenar a Ignacio y Antonio como presbíteros.”
El prelado destacó la urgencia de contar con pastores jóvenes y comprometidos: “Nos hacen falta sacerdotes que se metan entre la gente, que alienten a los jóvenes a vivir con alegría, generosidad y servicio. Celebramos con fieles no solo de Zamora, sino también de San Juan de los Lagos, Guadalajara y varias congregaciones religiosas.”
Respecto al perfil que debe tener un sacerdote en la región, monseñor Navarro subrayó la importancia de estar abiertos a la diversidad cultural y sensibles ante los problemas sociales:
“En una región como Zamora, donde existe presencia purépecha y situaciones de violencia, el sacerdote debe ser un hombre que aprenda de la cultura local, que escuche con misericordia, consuele con sabiduría y promueva la paz desde su testimonio. La gente necesita ser acompañada y fortalecida en la fe.”
Con esta ordenación, la diócesis no solo refuerza su cuerpo sacerdotal, sino que renueva la esperanza de una Iglesia cercana, humana y dispuesta a servir a su pueblo con compasión.