vie. Ene 17th, 2025

LA ECONOMÍA Y USTED…

Eliseo Castillo

TU MIRADA ALIVIA

“Con tanto ruido del mundo de las figuras, / la perversa intención de jugar a las mentiras, / entre tanta ilusión y palabras vanas; / apenas una mirada tuya se asoma, / y haces cierta cada instancia que transito, / haces creíble seguir con esta mi vida”…elíseo

Con las nuevas revoluciones femeninas en el mundo occidental (es del que tenemos información; del resto del mundo nos llega pocos datos); ya casi nada puede sorprendernos; desde las grandes marchas y manifestaciones, hasta los justos reclamos por una justicia más igualada entre hombres y mujeres a la hora de impartir justicia y acceso a derechos laborales; como los salarios.

Al final de cuentas lo que se busca es abrir lo posible los espacios de discusión de la vida pública de la sociedad donde las personas, antes que mujeres y hombres; son personas como especie, antes que géneros…

La señora Giséle Pelicot, el escándalo, la duda razonable, y la sospecha de la culpa moral…

Luego de muchos años de “supuesta” (me atrevo a entrecomillar esta palabra), violación contra su intimidad por infinidad de personas extrañas a su vida; en Francia, la señora Pelícot denunció a su esposo por violación, además por prostituirla con una cantidad indeterminada de personas, que, aprovechándose de su vulnerabilidad, la violaron por años, sin que ella pudiera defenderse, argumentando que ella se encontraba drogada (sedada, es el dato).

El escándalo ha alcanzado niveles internacionales; da mucha manga para la especulación y la molestia femenina internacional; ahora se usa de bandera feminista a las luchas emancipadoras de la mujer en el mundo occidental; el veredicto dictado esta semana se ha festejado como el gran triunfo de la mujer emancipada; la que ya no permite ser usada como objeto sexual.

El juez ha dictado sentencia en contra del exesposo y de una buena cantidad de hombres que “supuestamente” (nuevamente las comillas como invitación a discutir el tema) abusaron de ella. Las codenas van de los 20 años para el exesposo, a uno , dos o tres años a los invitados al acto de abuso sexual contra la señora.

Desde la justa acción a la duda …¿razonable…?

Ella dice…

Que durante años, su entonces esposo, le daba drogas y luego la violaba con otras personas que funcionaban como invitadas al festín sexual sobre su cuerpo.

Que este acto se repitió durante años, donde ella fungió como mujer sin defensa para evitarlo o vivirlo con las personas que se le echaron encima de su cuerpo y la poseyeron.

Ella dice que fueron muchas veces por años, y que no lo pudo evitar…

¿Realmente es posible esto…?

La canción nos lo dice con alegría femenina…, tres veces te engañe: la primera por coraje, la segunda por capricho y la tercera por placer…

En este caso, la señora Pelícot le dice al juez que fueron nueve o diez años los que duró la etapa de violaciones de decenas de hombre que fueron acompañando a su entonces esposo…

Ojo en esta parte, por 10 años dice que fue violada sin que ella se diera cuenta ni pudiera evitarlo por estar drogada…

¿Es posible esto?

En términos normales no hay forma de que suceda tantas veces sin que la persona violada pueda darse cuenta de lo que le están haciendo sin su consentimiento. Un cosa es estar sedada la persona, y no tener fuerza para evitarlo, y otra es decir que no lo había notado por estar sedada.

Queda claro que una vez se puede doblegar la voluntad de alguien para ultrajarle, quizá dos veces sea posible; pero resulta poco creíble que por años se repita tantas veces el acto sin que se pueda reaccionar; menos aun en una sociedad tan abierta a las leyes como lo es Francia; y con mujeres tan liberadas de ese aspecto; si lo sabré yo que algo viví al respecto (¡saludos Michelle, Saludos Pascal).

Decir que por diez años fue violada sin poder hacer nada, sin prácticamente saber nada…

Por cierto, no es correctamente recomendable llevar la contraria, es tiempo de mujeres, ya lo dijo la presidenta Claudia…

Pero decir que por diez años te hicieron lo mismo sin tu consentimiento…, sin protestar lo suficiente…

Creo que en este caso, sólo lo presentamos como una duda razonable…

Al ver a la señora en las pantallas de televisión no hay mucho de donde agarrar para imaginar que, tanto el esposo como los “invitados” al abuso sexual se sintiera tentados por la emoción de tocar y tomar a una mujer espectacular; digamos un cuerpo que despertara pasiones por su forma estética y sensual, no parece el caso; por lo que pareciera que sólo la toman como una mujer que pueden violar, controlada por la droga para vivirla sexualmente.

Al verla en la cámara, y regresarle diez años de vida en la imaginación; es penoso decir esto, pero no encuentro razones o motivos para que estas decenas y decenas de hombres se hayan dado un gran banquete sexual en un cuerpo inerme o indefenso, con muy, pero muy pocos atributos sexuales.

Se desea no ser ofensivos en este plano; pero los patrones de conducta occidental asumen como personas sexualmente apetecibles a mujeres (y hombres realmente) bien dotadas físicamente, voluptuosas, femeninas, con cuerpos muy sugerentes…

La señora Pelícot no ofrece casi nada de este tipo de aspectos; buenos o malos, son aspectos que se han expuesto como elementos deseados y buscados en el mercado del sexo.

Al observar su cuerpo y regresamos diez años de su vida, no hay mucho para fantasear; por lo que no se imagina uno la emoción y lascivia que pudiera haber en los violadores de su cuerpo.

No es la mejor forma de decir esto; pero llama la atención la gran propaganda que se ha desatado en su derredor.

Pero como es tiempo de mujeres, presidenta Claudia dixit, parece que no debemos decir estas cosas.., ¡pero no hay forma de ocultarlo!

En la película Presagio, la señora soltera del pueblo, en un momento de calentura, permite que un hombre entre a su habitación y la posea, no la viola, ella lo esta sintiendo y viviendo en silencio; pasados los días, al ver que este hombre es el tullido de pueblo, siente horror al escándalo del pueblo; no por la cogida que disfrutó; le asusta el escándalo; sin demora, encara a este señor y le amenaza…

“Sólo te pido de favor, no se lo cuentes a nadie; me daría vergüenza que sepan que deje mi virginidad en un tullido como tu…”

¡Quién dijo que la vida en sociedad era fácil…!

¡Quién dijo que éramos…, somos libres de ejercer nuestra sexualidad!

¡Quién dijo que tenemos derecho pleno a la felicidad de nuestro cuerpo…!

Le abrazo…; mejor me abrazo yo mismo…, no sea la de malas…

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