mar. Sep 10th, 2024

J. Lujs Seefoó Luján / Profesor investigador del Colmich

Nuestro deber

Y Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí

y no les impidáis hacerlo,

porque de ellos es el reino de los cielos

Mateo 19-13-15, NVI

Una versión actualizada de cristianismo podría sugerir que profesores, trabajadores sociales y similares, interesados en transformar la vida de los niños, nos acercáramos y no esperáramos que ellos lo hicieran. Entonces, reconociendo que los chamacos son el futuro de la patria y que vale la pena influir en el presente para mejorar los tiempos venideros, más bien trataríamos de inducir una búsqueda recíproca, un esfuerzo de “ida y vuelta” para lograr que ellos mismos se interesaran en un proyecto propio.

En esa sintonía, los participantes de este diálogo continuo –de cerca o a distancia- realizamos actividades académicas y sociales de difusión teniendo en mente que la investigación debe estar conectada con las necesidades que vive la gente.

Así, un grupo de colegas nos dimos cita a la mesa de trabajo “Niñeces: desigualdades estructurales, futuros inciertos” para conversar en formato híbrido: de modo presencial en el salón “A” de usos múltiples” de este colegio y virtual en ID 533 344 26 07, código de acceso COLMICH, de 10:00 a 13:30 horas el lunes 26 de agosto de 2024. Esa charla ayudó a repensar en lo que hacemos y en su repercusión social.

Esta sesión que fue la número cuatro del ciclo Desigualdad en México promovida por el Dr. Humberto Ramón Novelo Sánchez, coordinador de comunicación del Colmich.

Las primeras fueron tres conversatorios: Desigualdad y exclusión. Diálogos desde la arqueología y antropología, coordinada por la Dra. Berenice Y. Heredia Espinoza, el 2 de agosto; Experiencias y expectativas de desigualdades étnicas y raciales, a cargo del Dr. Claudio Palma, el día 16; y Desigualdades desde la mirada de la geografía, que organizó el Dr. Néstor Corona Morales, el pasado día 19.

¿De qué charlamos el lunes 26?

Primero echamos una mirada general a la normatividad y a las propuestas que circulan para el reconocimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes. México, a través de sus gobiernos, instituciones educativas y otras creadas específicamente para atender a la niñez ha hecho importantes avances en la producción discursiva, en particular elaborando leyes y estudios sobre diversos tópicos de la niñez o, más bien niñeces.

Prometer no empobrece. El Estado mexicano es una chulada para inventar, adaptar o adoptar leyes avanzadas aunque no haya forma de aplicarlas ¡hasta parecen propósitos de verdad!

La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, reformada el 3 de junio de 2019 asume estos compromisos: “La presente Ley es de orden público, interés social y observancia general en el territorio nacional, y tiene por objeto: Reconocer a niñas, niños y adolescentes como titulares de derechos, con capacidad de goce de los mismos, de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad; en los términos que establece el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos” (fracción I, artículo 1).

Renglones enseguida agrega: “Garantizar el pleno ejercicio, respeto, protección y promoción de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes conforme a lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano forma parte” (fracción II, articulo 1).

Este componente de “promesas que no empobrecen” fue comentado por J. Luis Seefoó Luján, profesor del Centro de Estudios Rurales, quién en sus ratos libres ha indagado sobre el trabajo infantil en la agricultura y, recientemente, examina la violencia homicida en Zamora-Jacona que también impacta a los niños como víctimas directas y como parte del número infinito de huérfanos.

Otro apartado relevante es la movilidad interior y la internacional; los desplazamientos forzados por la violencia; la migración interior –de tipo laboral-entre zonas agrícolas y los cruces desde centro américa y el Caribe a Estados Unidos.

Los medios especializados refieren que “los niños y niñas migrantes son vulnerables a situaciones que pueden violentar sus derechos como: ser detenidos, estar expuestos al crimen organizado o al tráfico de personas, sufrir violencia y discriminación, pasar hambre y frío, o tener acceso a servicios de salud (https://www.unicef.org/…/migraci%C3%B3n-de-ni%C3%B1as…, acceso 22-08-2024)

Según la Red por los Derechos de la Infancia en México, basada en los boletines estadísticos de la Unidad de Política Migratoria, de enero a abril de 2024, 7,708 personas de entre 0 y 17 años (23.5% mujeres y 76.5% hombres) fueron repatriadas de Estados Unidos a México. La REDIM reconoce una disminución de 24.4% con respecto a la cantidad de repatriaciones de niñas, niños y adolescentes que tuvo lugar durante los mismos meses de 2023 (10,191 casos) (REDIM, junio 2024).

Estos temas fueron abordados por las doctoras Gloria Ciria Valdéz Gadea, investigadora de El Colegio de Sonora y Leticia Díaz Gómez de El Colegio de Michoacán. La colega Valdez Gadea es doctora en Antropología Cultural por la Universidad de Arizona, es coordinadora del Seminario Niñez Migrante, profesor-investigador en El Colegio de Sonora y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores Nivel II. Ha estudiado los procesos migratorios de niñas, niños y adolescentes migrantes (NNAM) y ha desarrollado metodologías de incidencia para su abordaje. Entre ellas el laboratorio social del Programa de Asesorías Escolares para NNAM.

La doctora Díaz Gómez estudia las transformaciones de los flujos migratorios en la región del occidente michoacano. Sus investigaciones tratan la socialización de la migración en niños y niñas de comunidades rurales, especialmente a través de sus contenidos culturales y de consumo de estereotipos que genera la migración. También se interesa en las expectativas que tienen los jóvenes de comunidades rurales sobre la vida en sus localidades.

Las niñeces que experimentan ambientes vulnerables, precarizados y de alto riesgo serán tratados por la maestra Evelin Santander Daza, doctorante en la Universidad de Río de Janeiro, Brasil; la maestra Liliana Robledo Barragán, estudiante de posgrado de El Colmich quien lleva a cabo sus estudios sobre el juego y trabajo en contextos de violencia en la Sierra de Jalmich; y por el doctor Ricardo Fletes Corona, investigador de la Universidad de Guadalajara.

Bajo el título Las niñeces de los asentamientos precarios y su derecho a la ciudad”, Evelin Santander presentó una reflexión sobre el derecho a la ciudad de las infancias que habitan en los asentamientos precarios frente a las directrices que buscan alcanzar una infancia universal construida a partir de los derechos establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), y la Agenda 2030 que guían las estrategias de trabajo en estos asentamientos.

Su referente son los asentamientos precarios, las infancias que los habitan, y los procesos que obstaculizan su derecho a la ciudad; tomando como ejemplos la colonia popular Las Peñas, en Iztapalapa, Ciudad de México y tres favelas del Complejo de Favelas Maré, en Rio de Janeiro, Brasil.

Por su parte, Liliana Sarahi Robledo Barragán en Panorama de las niñeces de la Sierra de Jalmich: crecer y jugar la vida en contextos de conflicto armado y expansión agroindustrial busca comunicar los cambios en los ambientes de aprendizaje de la vida de niñas y niños en pueblos y ranchos de herencia cultural ranchera en la Sierra de Jalmich: en las escuelas, en los terrenos de juego, en las aspiraciones y en los sentidos de familia. Liliana Sarahí observa que al experimentar una coyuntura de grupos armados en casi todas las calles, las niñeces tuvieron que recurrir a nuevos espacios, objetos de juego y espacios de aprendizaje de la vida. En esa circunstancia, los pueblos de Tocumbo, Santa Inés y Tacátzcuaro se convirtieron en campos de batalla.

La mesa cerró con las aportaciones del Dr. Ricardo Fletes Corona, más conocido en Zamora por su investigación de la Gran Familia (Mamá Rosa). Ricardo es psicólogo por la Universidad de Guadalajara, maestro en antropología social por El Colegio de Michoacán y doctor en ciencias humanas por el Instituto Universitario de Pesquisas do Rio de Janeiro. Es asesor del Centro Internacional de Estudios y Pesquisas de Infancia (CIESPI) y miembro de la red Childwatch International Latinoamérica. Ha trabajado temas de infancia, juventud, adicciones, familias, exclusión social y análisis de políticas públicas. Ha coordinado asimismo varios conteos sobre población infantil de calle, los únicos que existen en Jalisco y en varios de sus municipios.

Ricardo Fletes, con sólida experiencia en niños en situación de calle, anotaba que “la solución a esta problemática es compleja, no sólo desde el trabajo de la prevención familiar, si no también desde el punto de vista institucional, donde a veces no hay una coordinación certera y los problemas de grupos y diferencia de opiniones, hacen que los buenos programas que existen, no se apliquen como debe de ser por parte del organismo rector que es el Sistema DIF Jalisco” (Quadratin, 10-04-23).

¿A quién puede interesar este diálogo?

Sin duda “puede decir algo” a profesores, trabajadoras sociales, funcionarios relacionados con familias, a psicólogos y mucho a padres –madres de familia, quienes tienen mucho que aportar; más, mucho más pues lo viven a cada segundo.

Obvio que no estamos en condiciones de tratar todo lo que sucede e interesa para imaginar cómo hacer menor la desigualdad.

Podemos, uniendo las manos y la mente de otros, construir una agenda más adecuada

Nosotros, trataremos de acercarnos a los niños y adolescentes para entendernos y trazar –juntos- el camino mejor.

Zamora, Michoacán, sábado 24 de agosto de 2024

seefoo@colmich.edu.mx

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