LAS PEQUEÑAS COSAS…
Eliseo Castillo
NO SERÁS RECUERDO
“Desde la orilla del tiempo en que te miro,
lejos de la nostalgia que alienta suspiros,
desde el fondo de mi alma te bendigo,
a lo lejos, mis manos casi te alcanzan,
una oración brota de mis labios, de ti vacíos,
nunca recuerdo, pienso y suspiro,
amor complejo, yo te bendigo,
amor distante, de siempre amante.
Yo te bendigo”.
elíseo.
Anoche, lunes 27 de marzo se nos dio un dato general de una tragedia que hoy la prensa nacional nos ratifica; la muerte por un incendio en un albergue para resguardar a migrantes, de 39 personas, y decenas de heridos; la cantidad es mejor dejarla en duda, ya que hasta en la cantidad de muertos hay varianza; mientras los diarios Excelsior y Reforma lo destacan con 39 muertos y 29 heridos; La Jornada cita 37 muertos, citando que había más de 100 personas en el inmueble incendiado.
Al final, por donde se vea, es una parte de la gran tragedia humana; cuando la prensa completa la nota periodística, con el consabido dato de… “todos eran migrantes provenientes de Centro y Sudamérica”; como dato es correcto; como reflexión es la evidencia de la tragedia humana; la desigualdad económica y de oportunidades en el mundo.
Economía, necesidad, ilusión, ambición…; actos humanos, tragedias por venir.
¿Morirán más personas en este incendio, que, al parecer se originó ante la resistencia a ser deportados del país…? probablemente si, depende del nivel de sus heridas; pero la herida más grade se ubica en la gran distancia que existe entre ricos y pobres en el mundo; entre el acceso exagerado a los recursos de unos, y las limitaciones de otros.
No son solamente centroamericanos, o de Venezuela, Ecuador, bolivianos, peruanos; o caribeños (cubanos y haitianos, principalmente). Mientras narramos esta tragedia, algo parecido sucede en el trayecto de Asia a Europa, o en busca del sueño americano: indios, filipinos, chinos, malayos, o de cualquier lugar del continente africano.
Al final la tragedia es humana; sin más etiquetas.
Cuando vemos algunos datos respecto al incendio en Ciudad Juárez de anoche, se puede ser sensacionalista; se puede buscar politizarlo, mentarle la madre al gobierno de AMLO; a las autoridades de la ONU, al gobierno de los Estados Unidos; al final el resultado es algo que se va a repetir en los siguientes meses y años; esto no se va a resolver con discursos, ni con señalar a los gobiernos de donde se le antoje; en todo caso, culparíamos a todos los gobiernos de los países desde donde salen las personas a migrar. a buscar otro lugar donde vivir, donde trabajar.
Mientras la desigualdad social y económica se mantenga tan amplia, resulta poco probable que los flujos de migrantes de contengan; menos aun que disminuyan.
La ilusión es algo normal, la ambición es la lucha por salir adelante con los mejores recursos posibles, la lucha por el equilibrio social y económico, es una tarea que justifica a la humanidad, en busca de hacerla menos mezquina.
Nadie puede sentir que es superior por su acceso a los recursos; no debe ser discriminado por la falta de los mismos.
México es de los menos justificados cuando discriminamos a los migrantes; junto con China, la India y Filipinas, somos los países más expulsores de personas de nuestra casa y pueblo hacia el “norte”, destino del sueño americano.
Cuando suceden este tipo de tragedias; se entiende el derecho a encabronarnos y a buscar la oportunidad informativa, y para sacar beneficios políticos; pero, por desgracia, por encima de la parte penosa y triste; seguirán los discursos de siempre desde los gobiernos nacionales e internacionales; todos se mostrarán preocupados por el evento; por el manejo de la información; por lo que se puede manchar la “buena imagen del gobierno en turno”; pero, por desgracia, este tipo de tragedias van a seguir sucediendo; no es posible detenerlos y eliminarlos; seguirán pasando.
De hecho, la economía funciona mejor con mas desigualdades; entre mayor sea la distancia entre pobres y ricos; mejor será la ganancia de las grandes economías; está comprobado que, con más pobres, se puede pagar menos salario, con ello se gana más en la empresa.
La penosa realidad del migrante tiene rostro humano solamente; la nacionalidad se distingue simplemente por el lugar desde donde emigran; la mayoría lo hace con la ilusión de encontrar un lugar sustituto que mejore lo que deja atrás.
El rostro humano es mexicano, nicaragüense, guatemalteco, chino, indio, filipino, todos buscan una opción menor que la que dejan atrás…
Es la tragedia humana de la desigualdad; miéntele la madre a todos los gobiernos que más odie; al final ninguno tiene la solución; el problema se llama desigualdad y derecho a desear ser, tener las oportunidades que vemos que otros tienen; es un derecho humano; es la tragedia humana.