LA ECONOMÍA Y USTED…
Eliseo Castillo
LA INFINITA BELLEZA
“Un camino por andarse, no pisado, / un sol que aun no quema, que saluda austero, / un rio aun tan claro del que abrevas, / el abrazo de unos brazos que te esperan, / delirios del desear lo que se sueña; / amar al infinito, sin recato, sin prejuicio; / belleza de la vida que se busca”…elíseo
Hace unos años, el presidente AMLO le comentó abiertamente al presidente Biden de los Estados Unidos, la importancia de consolidar las relaciones comerciales de América del Norte ante el enemigo real que representaba China.
No es que el T-MEC sea la panacea para el país; de antemano se sabe que es un mal tratado comercial desde su origen en 1994; pero para bien y para mal, ya estamos metidos en el mismo, y no se ve como podamos dejar de depender de este.
Desde el momento en que China fue aceptada en la OMC (Organización Mundial del Comercio), los flujos comerciales del gigante asiático se extendieron por todo el mundo; si de por si ya lo hacía, con su ingreso a las ventajas de la organización mundial, solamente consolidó su presencia en el mercado mundial.
En masa, las empresas norteamericanas salieron “corriendo” a instalarse en China; los bajos salarios, las jornadas extenuantes sin tener que pagar horas extras, sin tener que pagar impuestos a la contaminación; todo estaba servido para incrementar sus ganancias a costa de una economía que les abría las puertas de par en par.
Ya desde 1987, con la política de atracción de inversiones, el gigante asiático se había abierto al mundo con la consigna abierta de… “no importa el color del gato…; ¡siempre y cuando atrape ratones!”
Y los “grandes gatos empresariales” del mundo hicieron maletas y salieron a ganar las oportunidades que ofrecía China; la mano de obra casi esclava, se decía, garantizaba trabajar jornadas largas sin pedir pago por horas extras ni esas cosas odiadas por los empresarios, como sindicatos, y tener que cuidar el medio ambiente, o el pago de altos impuestos.
Todo era fiesta en las empresas americanas y europeas; ganaban mucho más que en su país, con menos problemas fiscales, laborales y ecológicas. ¡más de dos décadas de orgía de la acumulación de la riqueza en pocas manos!
Hoy este es el resultado…
Ahora que es evidente la ventaja ganada por China, el gobierno de Trump dice estar muy molesto contra los países que se “han robado sus empresas y empleos”; claro, primero manifiesta su enojo contra México y Canadá, y los acusa de malos vecinos; ahora resulta que son unos ladrones de empresas y sus beneficios; las que se fueron a estos dos países vecinos aprovechando ventajas injustas; según sus palabras, México y Canadá han abusado de la buena vecindad que ellos han ofrecido…
¡Resulta que el lobo acusa a las ovejas de ser unas malvadas ladronas que lo están estafando; tan sólo por que en ocasiones se resisten a ser devoradas por su insaciable apetito…!
La cruda realidad nos lleva a valorar las consecuencias de la política de relocalización que atrajo a miles de empresas a ubicarse en China; con sus ventajas exageradas las atrajo y las domesticó; ahora es complicado hacer que estas salgan de su territorio.
Hoy Trump se molesta, maldice, señala que son unos ladrones que le robaron sus grandes empresas; luego como político con los ojos vendados, se pone a dar palos casi de ciego, señalando que todos los países del mundo le han robado al “pobre lobo buena ondita que confió siempre en sus ovejas, y ahora que requiero comérselas, no las alcanza”.
Los palos de gobierno con venda en los ojos de Trump, no le dejan ver que se equivoca con su política absurda de poner aranceles hasta a los pingüinos; no entiende que la guerra comercial se viene dando desde hace décadas; y que lo que se tiene hoy es la consecuencia de la codicia de las empresas americanas (y de otras nacionalidades en realidad); por las amplias ganancias se fueron de los Estados Unidos; hoy con amenazas se intenta regresarlas; no va a ser posible.
Para bien o para mal, China ha ganado esta batalla, hoy es la gran fábrica del mundo; sus precios son competitivos y desplazan al resto de la oferta mundial; de la calidad podemos decir que es variada; en muchos casos no es mejor definitivamente; pero el precio es tan atractivo que termina por ganar la demanda mundial; las pruebas son irrefutables.
No va a ser con amenazas y aranceles sin orden que va a resolver el gran déficit que arrastra el imperio americano; China no se va a doblegar con esto; para ello cuenta con las reservas más grandes del mundo tanto en monedas internacionales como en oro (sus reservas en dólares son las segundas más altas del mundo, después de las de Japón); y su capacidad de producción a precios bajos sigue siendo de las más bajas del mundo, junto con Viet Nam, Camboya, La India, y varios países de esta región del sureste asiático.
Trump no puede ganar una guerra que los propios empresarios americanos ayudaron a perder con su codicia y ambición; ellos desmadraron el sistema empresaria americano para salir en busca de incrementar la ganancia a costa del abuso de los trabajadores y el medio ambiente; el patriotismo que hoy reclama Trump pasó a ser un mero acto de fachada.
Trump reclama que los chinos reaccionen con miedo, como el resto del mundo ante sus bravatas; el presidente chino ya le contestó como lo hace quien sabe que no va a perder…
Desde hace más de veinte años China ganó esta batalla; AMLO se lo hizo ver a Biden; Trump simplemente no entiende los resultados de una mala política comercial americana que aprovechó el gigante asiático.
Podemos no estar de acuerdo con las prácticas chinas; pero en el campo de los negocios supo engañar al mundo con su idea de ser un país socialista con una economía de mercado; la realidad nos dice que es una simple economía capitalista con un gobierno imperial que se ha apoderado del mercado internacional…
¡Nunca les importó el color del gato…, lo querían para atrapar ratones…; y mire que los ha atrapado a casi todos!
Le abrazo…